Cueva de profecías fue el texto que encontré de una pila de
obras que revisé en la biblioteca, donde leía sin parar hasta hallar la obra
que me hiciera click, y bueno, también que tuviera como máximo tres personajes,
saben, por temas de producción.
Fue mi primer montaje profesional como directora y de mi
grupo Solotablas Teatro, donde me acompañaron tres actores que admiro y quiero,
tres amigos nacidos de mi paso por la Escuela de Artes Escénicas Juana Sujo,
que son Douglas Guerrero Navas, Marina Gil y Viksi Soto.
En estos personajes del autor mexicano Emilio Carballido
encontré una historia sobre el poder, la marcada diferencia de clases sociales
y el engaño que me pareció pertinente mostrar, en una sociedad donde sigue,
lamentablemente, reinando temas como estos.
Esta obra, Cueva de profecías, nos adentra en la sencillez de
un hombre que es guiado por la luz, pero que de un momento a otro los destinos
se pueden torcer cuando se actua de mala fe o no se quiere ver quienes nos
influyen, y como la humildad a veces termina siendo desplazada ante la
enajenada sociedad de consumo. Es así, como en este texto la magia, las cartas,
la superstición, el racismo, el bien y el mal, son temas ocultos dentro de la
consulta de un brujo, Teófilo (Douglas Guerrero Navas). Una historia llena de
luchas de poder y soledad, un destino que ni las cartas podrán predecir con la
llegada de Margot (Mariana Gil/Rocelín Rivera) cuando Camilita (Viksi Soto)
abre la puerta.
Fotografías de Gabriela Torres |
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